Hay días en que las dudas y el desánimo me asaltan
como a todo ser humano que tiene sueños y metas por cumplir, mil y un preguntas
me dan vueltas y vueltas en la cabeza que me pueden llegar a atormentar y peor
aun a atemorizar.
Es entonces que me recuerdo a mi misma que yo tengo un Dios
vivo y de poder, que me reconforta, cuida, dirige y más que nada me ama con
todos mis grandes defectos y que tiene para mi las mejores bendiciones.
Así
pues busco calmar mis dubitativas y apoyarme en algo que me diga que no estoy
equivocada en mis anhelos y que si muevo mal mis pies en el camino me ayude a
redirigirlos por la senda correcta, puesto que esta vida es una y no hay que
vivirla a la ligera, ni mucho menos a lo loco.
Encuentro lecturas valiosas que me dicen que no desmaye. Es la manera como Dios me vuelve a hablar al oído. Hoy hallé esta que me dice cuánto puedo lograr. Así que seguiré intentándolo mil y dos veces más así me caiga y me raspe las rodillas en el intento, pero LO LOGRARÉ!!!
Encuentro lecturas valiosas que me dicen que no desmaye. Es la manera como Dios me vuelve a hablar al oído. Hoy hallé esta que me dice cuánto puedo lograr. Así que seguiré intentándolo mil y dos veces más así me caiga y me raspe las rodillas en el intento, pero LO LOGRARÉ!!!
Alcanza tus metas- El Puente de
Brooklyn

Nunca se había hecho anteriormente.
Roebling no pudo ignorar la visión que tenía en mente de
este puente. Pensaba en ello todo el tiempo y sabía muy dentro de sí que se
podía hacer. Sólo tenía que compartir su sueño con alguien más. Tras mucha
discusión y persuasión logró convencer a su hijo, Washington, un ingeniero
novato, que el puente podía, de hecho, construirse.
Trabajando junto por vez primera, padre e hijo
desarrollaron conceptos de cómo podría lograrse y cómo vencer los obstáculos.
Con gran entusiasmo e inspiración y la motivación de un desafío loco por
delante, emplearon su cuadrilla y comenzaron a construir su puente de ensueño.
El proyecto comenzó bien pero, cuando llevaba unos pocos
meses de iniciado, un trágico accidente en el sitio cobró la vida de John
Roebling. Washington resultó herido y con una medida de daño cerebral, que le
significó no poder caminar, hablar o aún moverse. “Se los dijimos”. “Hombres
locos y sus sueños locos”. “Es tonto perseguir visiones alocadas”.
Todos tenían un comentario negativo que hacer y sentían
que el proyecto debería ser archivado ya que los Roeblings eran los únicos que
sabían cómo construir el puente. A pesar de su limitación, Washington nunca se
desanimó y seguía teniendo un ardiente deseo de terminar el puente y su mente
estaba tan despierta como siempre.
Intentó inspirar y transmitirle su entusiasmo a algunos de
sus amigos, pero estaban demasiado intimidados por la tarea. Mientras yacía en
su cama de hospital, con los rayos del sol filtrándose por las ventanas, una
suave brisa abrió las delgadas cortinas blancas y pudo ver el cielo y los topes
de los árboles fuera por un momento.
Parecía que hubiera un mensaje para él de no rendirse. De
repente se le ocurrió una idea. Todo lo que podía hacer era mover un dedo y
decidió hacer su mejor uso de eso. Haciéndolo, poco a poco desarrolló un código
de comunicación con su esposa. Tocaba el brazo de su esposa con ese dedo,
indicándole que quería que llamase a los ingenieros de nuevo. Entonces usó el
mismo método de tocar su brazo para decirle a los ingenieros qué hacer. Parecía
tonto pero el proyecto estaba de nuevo en camino.
Por 13 años Washington comunicó sus instrucciones con
toquecitos de sus dedos al brazo de su esposa hasta que se terminó el puente.
Hoy, el espectacular Puente de Brooklyn se yergue en toda su gloria como un
tributo al triunfo del indomable espíritu de un hombre y su determinación de no
ser derrotado por las circunstancias. Es también un tributo a los ingenieros y
su trabajo de equipo, y a su fe en un hombre considerado loco por medio mundo.
Se levanta como un monumento tangible al amor y devoción de su esposa que, por
13 largos años, pacientemente decodificó los mensajes de su esposo y les dijo a
los ingenieros qué hacer.
Tal vez este sea uno de los mejores ejemplos de una actitud
que nunca se resigna al fracaso y que se sobrepone a las terribles limitaciones
físicas para alcanzar una meta imposible. A menudo, cuando enfrentamos
obstáculos en nuestra vida diaria, nuestras vallas se ven diminutas en
comparación con las que otros han tenido que enfrentar.
El Puente de Brooklyn nos muestra que los sueños que
parecen imposibles pueden ser logrados con determinación y perseverancia, sin
importar las probabilidades. Aún el sueño más distante puede ser alcanzado con
determinación y persistencia.
Fuente: Indian Child / http://www.renuevodeplenitud.com
Tu Dios,
a quien sirves con perseverancia, El te librará.
Daniel
6:16
Pero la
semilla en la tierra buena, estos son los que han oído la palabra con corazón
recto y bueno, y la retienen, y dan fruto con su perseverancia.
Lucas
8:15
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